Cuando preparábamos el programa "Con acento cubano dedicado a Remedios me puse en contacto con un amigo para conseguir música de esa región cubana y recibí el mensaje de un joven remediano con el que he intercambiado mensajes en estos días, pero hoy me sorprendió con un mensaje que motivo mi respuesta a modo de reflexión acerca de lo que hacemos. Si me lo permiten me gustaría compartirlo con mis amigos en Facebook.
Mensaje recibido:
Oniel
La nostalgia por la tierra natal hace fuertes las nociones de identidad sobre todo en los cubanos que todo lo sentimos con gran pasión, nuestra música, nuestra comida, hasta el paisaje se extraña. yo tengo familiares viviendo fuera de cuba que me cuentan que han llorado porque han estado en un lugar público y han tocado la Guantanamera, y no pueden evitar saltar al escenario y compartirla con el cantante, cantando y bailando. eso es inevitable pues sientes un tirón dentro de ti que te conecta con todo lo que representas, no ya a nivel de país y de bandera, sino a la altura de tu crianza y tus raíces, de lo que viviste desde niño yo te digo por ejemplo que, bueno o malo, nunca me podré olvidar de las escuelas al campo, como dice Frank Delgado, trovador cubano "vámoa formar una rumba con maleta de madera tomando agua con azúcar encima de una litera", de los muñequitos rusos, de las clases los sábados por la mañana, de las bandas de música y las congas en los chequeos de emulación de la escuela primaria, de la leche condensada y la mantequilla Nela, de las parrandas de los años 80 con la cerveza de perga a 60 centavos y los kioscos de venta de confituras, de las trochas y el ranchón de puerco asado de la calle La Mar, en fin de tantas cosas que forman parte de mi idiosincrasia y que son las que me hacen ser humano como soy. yo te comprendo y comparto tu pasión hermano. otro abrazo para ti y sigamos en contacto
RESPUESTA:
Estimado amigo Sergio Alejandro.
Después de leer este mensaje tuyo, palabras que me han llegado a lo más profundo de mis sentimientos, quiero que conozcas, si en alguna medida pueda servir para compartirla con otros muchos cubanos, vivan dentro o fuera de Cuba, no dudes en hacerlo.
Cuando me dices que conoces por familiares o amigos que fuera de la isla, al escuchar por ejemplo, la Guantanamera, no pueden aguantarse y bien se suman a cantarla o se les nubla la vista en la nostalgia, imagínate en mí caso, que yo soy parte de esos que desde el escenario no pueden dejar de cantarla.
Todas esas experiencias que me narras de tus recuerdos, son mí día a día. Fundé las escuelas en el campo, de la televisión, donde años trabajé, recuerdo las horas que pasé en la sala de transmisiones del canal 6, viendo esos muñequitos rusos o al viejo Armando Calderón , allí en directo, haciendo la comedia silente. Los musicales, donde conocí a muchos de nuestros grandes, en la mayor sencillez y humildad. De los carnavales que filmaba a pie de calle, no pudiendo evitar el movimiento de la cámara de vídeo, al sonido de ritmos que removían mi cuerpo.
Muchos recuerdos son los que con orgullo cargo en mi valija de emigrante, los que me ayudan a mudar la nostalgia en fuerza que sostiene la razón de ser más cubano cada día, cubano ciento por ciento, en una lejanía, personalmente impuesta. Así será hasta el último de mis días, sin rencor ni odio contra nadie, sin distinción de bandos, al menos no los hay para mi, solo uno, el de los cubanos que queremos Cuba.
¿Cómo va a ser de otra forma?... si un día alguien que no llevando en su sangre nuestra tierra, fue capaz de sentirla como suya propia y a otra que se apagó sin poder pisar el suelo que le vio nacer, puso en sus labios una canción para que con su voz dijera...“quiero volver sin mirar atrás, poder vivir para perdonar, quiero sentir, quiero regresar, a la Cuba mía”.
Todo esto y más, es lo que me ha impulsado a crear mis propios espacios anti-nostálgicos. En ellos voy reviviendo mis recuerdos, legado que dejó a mis hijos y a cuantos pueda servirles para ese fin o sencillamente para amar como yo amo mis raíces.
Un día, de esos grises inviernos que te da pereza salir a la calle, descubrí que con poco podía hacer mucho y aprovechando las ventajas de la tecnología conté cosas que recordaba, le agregué música, alguna receta de cocina de las que me hacía mi abuela, un poema y poco más, cuando vine a darme cuenta ya me había inventado un programa de radio que solo podía tener como soporte Internet, naciendo así el primer programa “Con acento cubano”.
Poco a poco y con la ayuda incondicional de una amiga, con la que compartí aquellos años de trabajo en la televisión cubana y gracias a sus consejos profesionales, así como la opinión siempre constructiva de los primeros y hoy fieles oyentes de nuestros espacios, fue creciendo la propuesta. Durante más de seis meses realicé veinticinco programas dedicados a destacadas figuras de nuestra música popular, desaparecidas físicamente.
Desde un pequeño estudio que equipé en mi propia casa y desde una ciudad llamada Santander, a casi quinientos kilómetros de Madrid, donde vivo, se unió mi voz a la de otra cubana, profesional de la radio, Espirituana por demás, para recorrer las villas fundadas en Cuba por los colonizadores en tiempos del descubrimiento. Con ella misma creamos otro espacio conocido como “Después que llegó Colón “donde nos relata mitos y leyendas de Cuba.
Poco después salía el espacio “Para no olvidar” programas que me ayudan a mostrar lo bueno que atesora mi memoria en relación a nuestros géneros musicales o grandes artistas que muchos en activo siguen dando lo mejor de si fuera de Cuba, entre ellos Ricardito u Osvaldo Rodríguez.
Para difundir el trabajo de los más jóvenes músicos cubanos en el exterior he creado un espacio al que llamo “Concierto acento cubano” donde de forma directa, estos, les cuentan el cómo y el porqué de su música al oyente.
Otro espacio es el llamado “Cantando a Cantero” programas donde ponemos voz y música a los poemas escritos por el poeta cubano radicado en Francia Tony Cantero Suarez.
Y ahora, ya por último, me he inventado otro espacio al que llamo “Cuba en mis recuerdos” y en el cuento historias con pinceladas de humor criollo, mis vivencias de Cuba.
Como ves, lo que empezó siendo un programa ya hoy es casi una radio, por lo que no tengo tiempo para aburrirme ni para sentir nostalgia, los medicamentos que para ese mal ingiero, no permiten que como enfermedad avance.
Alguien me preguntó un día de forma sarcástica, cuantos patrocinadores tenemos para estos fines y le respondí sencillamente la verdad, ninguno, que todo es fruto del esfuerzo personal, que no percibimos ni un solo centavo por lo que con tanto gusto hacemos y que económicamente, para vivir dignamente, nos las rebuscamos de otra forma. En lo personal no soy de los que crea en la magia, menos para pensar que alguien le interese solventar gastos generados por el empeño de sentir orgullo de identidad. Si así fuera, sería alguien que como nosotros ama lo que nosotros amamos de forma incondicional… CUBA.
Con mucho afecto te saludo y agradezco tus palabras, las que me honran y más fuerza me da para seguir adelante.
Desde Madrid te saluda cordialmente
Oniel Moisés Uriarte.
www.elrinconcubano.es