, un cubano nacido en Ciudad de la Habana a finales de la década del sesenta y radicado en Madrid desde hace ya algunos años. Los poemas contenidos en este libro, a su manera de decir, no son más que “el grito amable,” con el que solo pretende perdurar en la mente del lector, transcribiendo la impresión que ha dejado entre sus allegados. Es un poemario basado en personas reales, cada una original a su forma y que han logrado marcarle profundamente.
A Marcial, como todo aquel que emigra, el destino se encarga de apretarle las clavijas y para su alivio tiene que agenciarse métodos que le ayuden a capear el temporal sin lamentaciones, haciendo que la nostalgia, mirada desde la ternura, el humor y la ironía, le permitan pintar desde la barrera un tapiz mucho más poético. De ahí el resultado de este libro de poemas.
Es importante destacar que en este libro asoman sus poetas entrañables, Quevedo, Carpentier o Lezama Lima, en un juego entretenido con los que Marcial nos propone encontrar sus costuras a la vez que todo aquel que abra el libro y lea sus poemas pueda hacer suyos cada uno de los personajes que se describen en “Mi gente”.
A manera de ejemplo permítame compartir con ustedes uno de los poemas contenidos en “Mi gente”, que al leerlo me causó enorme ternura, y a la vez despertó ese orgullo de identidad que llevamos arraigado muchos de los cubanos que andamos por el mundo.
Un cubano en la villa y corte
No hay que olvidar soy criatura de isla,
contradictoria, bella.
Bla, bla, bla, pero no navego.
No sé de guardias de cofa,
y si me obligan a enrolarme...
voy de crujía a serviola
“Alado, torpe y avergonzado”.
El miedo primigenio,
a olvidar la palabra,
a perder la raíz, la conexión
de maldita circunstancia
a algunos dioses nuestros rodeó.
Los otros llegaron en primera.
Y de ellos no me huelga nada.
“Hosanna in excelsis” les digo.
Agua grande por todos lados
durante el viaje obligado.
Agua grande por todos lados
tras el viaje obligado.
Acostumbrados a grandiosidad
de tierra firme: continentales y negros
por la isla nuevos serenan
en danza libre de esclavos.
Dormitan en remembranzas;
no en un altar, ni en discurso único.
Transfiguran el ser en el baile.
Mareados por el zarandeo isleño,
que bate y golpea la isla por debajo.
¿Acaso es su canto una añoranza
por la firmeza del continente?,
¿cruzan en danza la llanura azul?
Sin árbol genealógico,
sin incunables negros dioses
se estancian por la calle
en canciones ya ininteligibles,
en palos y flores de ida sin vuelta,
en holocaustos liliputienses.
¡Son recuerdos nuestros dioses!
Riqueza hecha de abalorios.
El amarillo fajado
por brillantes toques verdes,
duerme en un alcorque,
nchumbado en ron.
Al del hacha roja de doble filo
ofrendan una gallina en una palma
única en su especie que da plátanos.
El creador de blanco primigenio
tocado Nazareno es Mercedes.
Y mi cautelosa diosa del mar
ni olvidada, ni negada en Madrid,
ni en la costa casi cubana de Cádiz,
ni en la Pulcra de León.
Atribulada, azulosa
en su baile gira como una ola
que se “entierra” en la arena.
Huélganme mis dioses en Madrid.
Huelga en su miedo travestido en baile
el miedo ancestral del viaje,
heredado en nuestros bailes.
Los negros dioses bailan,
en tambores encarcelan el olor.
Lo olvidan en cada gota de rocío,
dolor sobre una canasta de frutas.
Y este afán recreador nocturno,
este miedo rumboso
que el no iniciado llama alegría,
este deseo sincopado,
en la punta del pie...
por la lejanía del agua
me pica ahora y aquí
justo en la noche madrileña.
Marcial Izaguirre es Licenciado en Lengua y literaturas alemanas por la Universidad de la Habana y en lengua y literatura china por la Universidad de Pekín. Reside en España desde 1999 donde trabaja como guía de turismo e interprete judicial.
“Mi gente” ha sido editado en Madrid por Editorial Verbum. Biblioteca cubana. I.S.B.N 978-84-1136-068-5. Depósito legal M-3514-2023
Adquiere tu ejemplar a través de Amazon en el enlace:
___________________________________________________________________________________________________________________________________
ver vídeo en Youtube del poema musicalizado "Un cubano en la villa y corte"